23 de agosto de 2014

“¡Ahí está el detalle!”

¿Una asamblea de los de-ésta-manguangua-no-nos-sacan; o una de los quítate-tú-pa-ponerme-yos; o una de ciudadanos deseosos de asumir la responsabilidad por la siembra de sus propias cuota partes de las resultas petroleras? Como diría el genio de Cantinflas… “¡Ahí está el detalle!”
Hace unas 3 semanas cumplimos 100 años esperando que quienes nos gobernasen sembrasen bien nuestras resultas petroleras. Vista los pobres resultados sostenibles obtenidos, nadie puede, sin que se le deba caer la cara de vergüenza, argumentar que eso lo hayan logrado.
E igualmente nadie puede argumentar que la centralización en el Estado del poder económico que representa nuestras resultas petroleras, haya permitido profundizar nuestra democracia.
Y aún así como que nos estamos encaminando a otros 100 años de mala siembras de resultas, y de triste sumisión ciudadana ante caciques hechos poderosos con lo nuestro.
¿Cómo es eso posible? Antes que nada, por cuanto las fuerzas motivacionales de los que buscan usurpar el máximo de todas las resultas-petroleras, son mayores que las de un ciudadano que solo busca que le entreguen su cuota parte de éstas.
Pero quizás la motivación de buscar una unión que hoy permita librarnos de la angustia de vivir en un país de divididos también sea importante. Y nada podría exorcizar tanto la desunión, como el repartirnos las resultas petroleras por igual entre todos.
Y por cuanto todos los muy deseosos distribuidores usaran todas sus habilidades mesiánicas para convencernos que aquello no nos conviene, es importante que recordar algunas razones del por qué sí lo queremos.
I: Cuando un Estado recibe sus ingresos fiscales directamente de los ciudadanos, sus gobernantes tienen un interés vital en que a los ciudadanos les vaya bien. Cuando reciben un ingreso relancino, como son las resultas petroleras, ese vínculo no existe.
II. En la distribución de las resultas petroleras, a cuenta de que “el que parte y reparte se queda con la mejor parte”, y a cuenta de la misma ineficiencia de los distribuidores, perdemos una inmensa parte del valor de esas resultas; al mismo tiempo que se distorsiona todo el proceso de consumo y asignación de recursos en la economía. ¿Aceptaría una mayoría que se regale gasolina si ese regalo les significa un menor cheque mensual?
III. Esas resultas petroleras le fueron entregadas a los venezolanos por la providencia… sin que Venezuela haya hecho nada para merecerlas… por lo cual no tenemos un derecho moral para no distribuirlas equitativamente.
IV. Hay quienes sostienen que esas resultas deben ir a quienes más lo necesitan. ¡Pues no! Por cuanto eso requeriría de esos medidores de necesidades y determinadores de merecimiento de los cuales justamente necesitamos escapar. Además, al hablar de justicia entre pobres y ricos, no se nos olvide la justicia entre los pobres… por ejemplo no es justo que algunos pobres se lleven una súper-tajada vía una vivienda gratis y otros, como consecuencia de aquello, reciban mucho menos 
V. Y quienes andan creyendo en descentralizaciones como elemento generador de bienestar colectivo, por ejemplo en los concejos comunales, deberían estar entre los más interesados en no corromper a estas asignándoles el rol de distribuidor de resultas petroleras. No olvidemos que si bien Papá Estado puede ser bien malo, igualmente con demasiada frecuencia, se da lo de “pueblo chico infierno grande”
Amigos, busquemos hoy la unión donde mejores posibilidades tengamos de encontrarla.

16 de agosto de 2014

No vendan Citgo… ¡regálenla!

…al que más barato ofrezca refinar nuestro crudo
Entiéndalo… es perfectamente posible que los robos en una Citgo nuestra, sean mayores que en una Citgo de otros…
Quizás si Venezuela estuviese pagando las nulas tasas de interés que paga los Estados Unidos pudiese opinar distinto, no lo creo… pero ése no es el caso por mucho rato… lamentablemente.
En El Universal el 23 de Mayo de 2000 escribí: “lo anterior es razonable evidencia de que PDVSA le ha vendido a CITGO petróleo a precios más bajos que los del mercado, distorsionando así los verdaderos resultados de su gestión.” ¡Y nadie me lo ha refutado hasta el día de hoy!
Jamás me gusto lo de Citgo. El verdadero rendimiento que nos produce el petróleo está en su extracción. Si necesitamos refinarlo, esos servicios, y que con la excepción de algunos momentos donde se dan ciertos cuellos de botella producen unas tasas de rendimiento ínfimas sobre inversión comparado con la extracción de petróleo, sencillamente se deben comprar al mejor precio. 
Y, si absolutamente nos da un teque-teque de que tenemos que tener esa capacidad de refinación, pues que por lo menos esa se ubique en Venezuela para que si perdemos dinero lo perdamos en Venezuela
“Nuestro petróleo es pesado y contiene mucho azufre, por lo que resulta más difícil de vender que el néctar de nuestros competidores. Gracias al Programa de Internacionalización de PDVSA, basado principalmente en la compra de una serie de refinerías especializadas, parecería que hasta la fecha hemos logrado superar ese obstáculo o por lo menos así nos lo dicen y así lo creemos. No obstante, es triste que nuestra confianza en PDVSA deba resultar de un inmenso acto de fe y no de contundentes respuestas a las preguntas y dudas que flotan en el ambiente.
Hay quienes se preguntan si nuestras refinerías verdaderamente son usadas para procesar crudos pesados, al existir información que apunta a que muchas de ellas procesan crudos livianos y que seguimos contratando con terceros la refinación de los pesados.
Aún cuando suene increíble, hay quienes sospechan, que el verdadero trasfondo de estas adquisiciones obedece a un intento de PDVSA por asegurar que ciertos flujos financieros queden fuera del alcance de las garras de su propietario. En tal sentido, hay quienes llegan a sostener que nuestros tecnócratas petroleros están tan aislados del resto del país, que prefieren que PDVSA pague impuestos al 35% en los Estados Unidos, que pagar el 66% en Venezuela, sólo porque eso le resulta menos oneroso a La Corporación.
Hay quienes piensan que de decidir PDVSA vender algunas de estas refinerías, probablemente no recuperaría su inversión, salvo que se incluya dentro del precio la garantía de un contrato de suministro de crudo a descuento. Algunos sostienen que eso fue justo lo que pasó cuando PDVSA las compró, es decir, que los precios de adquisición fueron demasiados altos, porque de antemano incluían la plusvalía que se podría derivar de una relación preferencial con PDVSA.
Siempre me he preguntado si no resultaría más efectivo vender nuestros crudos directamente en el mercado, así sea con grandes descuentos, en lugar de incurrir en los costos de ejercicios tipo Citgo, tan difíciles de controlar, más aún cuando la propia Citgo, en documentos públicos [Forma 10-Q/A que Citgo entregó a la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos, el 24 de Enero del 2000], reconoce que de todas maneras le compra petróleo a PDVSA a precios por debajo del mercado”
Y eso de asegurar mercados que de todas maneras depende antes que nada de quien quiera vender petróleo al mejor precio ajustado por calidad y transporte, jamás me convenció. En Marzo de 2001 en El Universal escribí sobre “El cuento de la participación”
Y lo anterior, cuando eso sin duda podía tener repercusiones para mi actividad profesional como consultor en Venezuela, lo escribía y lo gritaba a los cuatros vientos, y sin que nadie lo refutase… aún  cuando era la época en que, a PDVSA, ni con el pétalo de una flor… 
“Citgo tiene tres componentes: 
Una red de franquicias gasolineras que desean surtirse con gasolina de calidad aceptable para revenderla al mejor precio… por lo que con tener la gasolina de calidad aceptable al mejor precio basta… las demás ganancias, son de los dueños de las franquicias. 
Unas refinerías que refinan petróleo no venezolano. Por cuanto la refinación de petróleo, en términos generales, aun para eficientes entes privados, ha resultado, en promedio, ser un negocio muy mediocre, tales refinerías constituyen un negocio público más que mediocre para Venezuela. Hubo una ventana de oportunidad para venderlas a buen precio cuando hace no mucho la capacidad de refinación era especialmente escasa… ya no. 
Unas refinerías que refinan petróleo venezolano y que, sin tener petróleo venezolano que refinar, no justificarían ni siquiera el pago a un guachimán para que cuide sus pedazos de hierro. 
En suma, jamás hubo razones por las cuales pagar algo por Citgo, como jamás habrá razones de esperar algo en pago por Citgo. 
Si alguien ahora dice que espera conseguir unos 10.000 millones de dólares por Citgo, es por cuanto alguien espera regalarle unos 10.000 millones de dólares o más a Citgo, mediante unos contratos de suministro de petróleo venezolano a descuento… igualitos a los contratos de suministro de petróleo venezolano a descuento que permitieron a Citgo disfrazar, desde su principio, la extrema pobreza de sus resultados financieros. En otras palabras, alguien tendría la intención de crear sobre nuestro petróleo otra hipoteca china para beneficiar su propio ahora, sin preocuparle nuestro mañana... ¿vomitivo eh?”
Y en Febrero de 2013 en El Universal explicaba además que eso de un tal Joe Kennedy regalando petróleo nuestro en los Estados Unidos, a nombre de Citgo y de su dueño, su cacique de turno, me resultaba insoportable.
Y por lo cual hoy no tengo la menor intención de ponerme a defender el que Citgo no se venda… 
Eso sí… que se regale a quien más barato se ofrezca a seguir refinando nuestros crudos de acuerdo a las necesidades… o a quien se comprometa construir unas nuevas refinerías… pero en Venezuela
Eso sí… que no la vendan caro sólo por cuanto le colocan otra hipoteca anti-constitucional a nuestro petróleo para hacerse de unos reales, cn los cuales continuar su ya más que obvias y hasta confesas vagabunderías.
Así que, Usted  interesado en Citgo, sepa que no le enviaremos ni un solo barril por debajo del valor de mercado… no importa lo que digan los corredores actuales, nuestra constitución no nos permite entrar en ese tipo de arreglos.
Y perdóname… pero ser propietarios de refinerías de petróleo… operadas por algunos funcionarios del estado en el exterior… compradas, ni siquiera diseñadas o construidas por nosotros…eso no tiene absolutamente nada que ver con “el gran futuro de Venezuela”… francamente merecemos mucho más… y si no es así, pues entiendo perfectamente a nuestros jóvenes que huyen.
PS. Hasta el día de hoy no hay ni un solo estudio independiente sobre lo que Citgo le ha dado a Venezuela, desde que en 1986 de compro el 50% o desde 1990 cuando se adquirió el 100%, que nos permite opinar mucho sobre el tema. ¿No les parece extraño?
PS. Un Tweet: Lazard Se le informa que hay como 1 millón de ciudadanos profesionales venezolanos vigilando que no ocurra nada raro con la venta de Citgo
PS. Ese Tweet en ingles: Lazard for your info… there are about 1 million professional Venezuelan citizens concerned about there´s no hanky-panky going on with Citgo

5 de agosto de 2014

Ojalá la moral regrese de sus vacaciones

Si fuésemos un país donde la moral estuviese presente, estaría plenamente justificado un golpe de estado a una revolución que durante los últimos 10 años, a cada uno de los vehículos en Venezuela, ha regalado gasolina por un valor superior a US$ 22.000. No hay manera de justificar una democracia que cometa tal inmoralidad.
Rafael Ramírez, en Diciembre de 2013 declaro: “actualmente se está perdiendo 12.592 millones de dólares por subsidio al año”… y eso, entre los 5 millones de carros en Venezuela, significa más de US$ 2.500 por carro por año… ¿Están locos? ¿Es esto la manera de construir una nación? Si es que “tenemos patria” de seguro que están haciendo lo más que pueden por acabarla.
Sólo como ejemplo, si tenemos 500.000 educadores en nuestro país, lo anterior permitiría pagarle US$ 25.000 anuales a cada uno de ellos… adicionales a las migajas que hoy se les paga.
Y tener que observar como líderes de oposición solo aceptan que se abandone esa inmoralidad si el gobierno abandona otras inmoralidades, todo como si estuviésemos inmersos en un proceso de reducción de armas nucleares, todo como si estuviésemos en un trueque de indulgencias, evidencia que la moralidad abandono Venezuela. Espero por nuestras futuras generaciones que sólo se haya ido de vacaciones, por cierto ya demasiado largas, y que regrese pronto.
Pero además, si somos sólo un país de ladronzuelos, y no hay nada que hacerle al respecto, pues mayor la razón de repartirnos entre los ciudadanos las resultas petroleras por igual, para que así cada quien por comience por lo menos con robarse lo propio.
Y de nuevo sé que me lloverá crítica, exigiéndome solidaridad absoluta en contra de lo que se pelea, sin ningún derecho a exigir consideración en favor de por lo que debemos pelear. Pues me importa un bledo, una nación se construye sobre verdades… un ente construido sobre falsedades no me interesa.
Por favor, en toda la MUD… ¿No hay ni uno solo de Ustedes que sugiera entregarle las resultas petroleras a los ciudadanos…? ¿O es que son absolutamente todos los mismos quítate-tu-pa-ponerme-yos de siempre?
PS. Y cuando por más de una década se me ha acusado de monotemático con lo de vender la gasolina al precio de su valor real (por lo menos) y la repartición de las resultas petroleras, que nadie me diga ahora que los sorprendo con el tema…

2 de agosto de 2014

Revolucion Chávez: gasolina regalada por vehículo

Cuenta pulpera
305.000 bd.
US$ 90
10 años
US$ 100.193 millones
4.550.000 vehículos promedio
Igual: Subsidio durante 10 años = US$ 22.020 por vehículo 

No puede caber la menor duda que un país donde la leche, si se consigue, tiene un precio oficial de 278 veces el precio de la gasolina, es un país que perdió su brújula moral.