19 de diciembre de 2013

¿Qué hacer? ¡El extremismo del centro!

Si los que saben algo en cada lado no conversan entre sí, le están dejando la conversación a los que no saben nada, o a los que no quieren saber nada de nada con nadie, muy especialmente con los del lado contrario.
Si aspiramos un país gobernado por el 90%, a favor del 100%, tenemos que evitar gobiernos en los cuales cualquier 5% extremo gobierne al país, 90% en favor propio y 10% a favor de quienes ellos necesitan.
¿Cómo favorecemos la posibilidad de que el 90% del país se sienta incluido y razonablemente representado por el gobierno?
Antes que nada, si nadie tuviese la posibilidad de ponerle las manos al poder que emana de una chequera que acumula todas nuestras resultas petroleras, poder con el cual se podría hacer tanto bien, pero con la cual frecuentemente se hace tanto mal, un 45% del país le temería muchísimo menos al chavismo, y otro 45% le temería muchísimo menos a la oposición.
Y ya conocen que considero que una repartición no condicionada de las resultas petroleras entre los ciudadanos venezolanos, es la pega que nos pueda unir... poseyendo además la cualidad de no impedir el desarrollo de cualquier otra opción ideológica que a nuestra diversidad de país pueda ocurrírsele.
Por supuesto que socialistas-no comunistas que buscan la igualdad de oportunidades para los pobres, deben estar de acuerdo en que se entregue las resultas petroleras a todos los ciudadanos, sin discriminar...y por supuesto que quienes creen en el mercado, deben estar de acuerdo en que lo mejor es cuando los ciudadanos son libres para tomar sus propias decisiones, sobre qué hacer con sus resultas.
Así que hagamos un esfuerzo para eliminar el principal obstáculo al abrazo nacional. Tranquilos, de todas maneras nos quedarán miles de causas por lo cual pelearnos, si eso es lo que necesitamos para oxigenarnos.
Igualmente, como un radical del medio, o como un extremista del centro, permítame repetir mi protesta en contra los absurdos precios de la gasolina en Venezuela... llevo más de una década en eso. 
Saquemos una cuenta pulpera: 600.000 barriles por día - a 160 litros de gasolina por barril - por US$ 0.50 que sería el precio aproximado al cual se podría vender internacionalmente- por 365 días y por sólo 10 años da.... ¡175.200 millones de dólares!... de regalo a los que compran gasolina.
"¡Tronco de revolución bolivariana! ¡Les debería dar vergüenza!" Y la oposición igualmente permaneció callada... "¡Tronco de oposición! ¡Les debería dar vergüenza!".
Así que por supuesto estoy de acuerdo con que se elimine ese crimen económico de lesa humanidad que significa regalar la gasolina, pero no por ello debo aceptar que aquello se haga sólo para permitirles a los caciques de turno, seguir haciendo lo que les venga en gana.
Ese aumento debe formar parte de un amplio acuerdo de gobernabilidad. Una oposición centrada que aspire a representar al 90%, debe declarar estar muy de acuerdo con el aumento, pero exigiendo con firmeza varias condiciones. Entre las que asome la semana pasada en "¡A las gasolineras! están, sin ser todas:
Que los nuevos ingresos sean para recoger la liquidez que alimenta la inflación, y que no se escondan, vía presupuestos paralelos, en oscuras cuevas como el Fonden.
Que no se le retrase a ninguna entidad lo que le corresponde por situado constitucional.
Que sea permitido reportar sobre cualquier tasa de cambio del bolívar, para así permitir que la economía pueda, dentro de su irracionalidad, operar con mayor racionalidad.