26 de septiembre de 2013

Maduro ¡Déjese de cavar en la fosa!

"Si te encuentras en un hoyo, deja de cavar", era el muy práctico consejo que daba Will Rogers.
Lamentablemente, de ése quien sostiene que es su turno de sentirse capacitado para manejar con éxito y pulcritud, a nombre de todos los venezolanos, las resultas provenientes de la liquidación de nuestros activos petroleros, extrayéndolos o hipotecándolos, recibimos en la semana desde China, vía una red social, dos mensajes:
"Tenemos excelentes noticias para el país. Acordamos un crédito de 5 mil millones de dólares para el desarrollo." "Con este crédito financiaremos: viviendas, agricultura, transporte, industria, vialidad, electricidad, minería, salud, ciencia y tecnología".
Y como podrán observar, ese Maduro sólo sigue cavándonos más y más profundo en la fosa. Solo otro golpe a la tarjeta de crédito con monstruosos intereses y comisiones, en letras chiquitas, todo sólo para no tener que rectificar nada.
Qué lástima que no aprovechó su viaje a China para estudiar como el pranato oficial de allá, a Bo Xilai, uno de sus grandes camaradas, le dio cárcel de por vida, y le confiscaron todos sus activos, por abusar el poder, y por haber aceptado unas mordidas por unos tres milloncitos de dólares. De aplicarse tales penas en Venezuela, de seguro que liberaríamos, a cero costo de interés, fuentes financieras inmensamente mayores que el neto de esos piches 5 mil millones de dólares.
¿De cuántos Bo Xilais sufrimos en Venezuela? ¿Unos 300? Imagínense si ese código hubiese sido aplicado en Venezuela durante la última década. De repente a los quítate-tu-pa-enchufarme-yo, se les hubiese aguado algo las ganas de asumir "la gran responsabilidad" y estarían más abiertos a contemplar la entrega a los ciudadanos de sus resultas petroleras.
Además, como un sub-producto de mayores castigos, podría surgir una mayor demanda por albergues carcelarios dignos para exenchufados, y así, de repente, el país podría quizás llegar a contar con una cadena carcelaria de por lo menos dos estrellas, con menos violaciones a los derechos humanos.
E igualmente leímos que con el petróleo ya no les basta. "El Banco de Desarrollo chino también financiará, con 700 millones de dólares, la explotación conjunta con la empresa Citic, del yacimiento de oro Las Cristinas, unas de las reservas más grandes del mundo". Lo que nos hizo recordar cuando el Banco Central publicó: "Con la llegada, este lunes 30 de enero 2012, del último cargamento de oro monetario... se completa así un histórico proceso de repatriación, a través del cual se afianzan las bases de soberanía, independencia y emancipación que sirven de resguardo de los principales activos del pueblo venezolano".
Está clarísimo leyendo, en Aporrea.com, a quienes tienen o han tenido un puesto de importancia en está mazamorra llamada gobierno, o simplemente se han simpatizado con él sin haberse lucrado anormalmente y haberse diseñado un "Plan B", por cada día que pasa, aún buscando reprimir su furia, más sospechan que muchos camaradas andan abandonando el barco que naufraga, dejándolos ahí solitos, como unos insignes pagalíos expuestos a otra furia reprimida.
Repito, amigos, el día que los divididos nos solidarizamos entre nosotros, y no con el que menos nos disgusta entre quienes nos dividen, ese día Venezuela, y nosotros, tenemos chance.
Enchufados de turno y aspirantes a eso, entréguenos nuestras resultas petroleras. Voy 100% al ciudadano venezolano... ¿Y usted? ¡Arriba los presos! ¡Abajo los pranes!

19 de septiembre de 2013

Una justicia revolucionariamente torcida

Aporrea.com, un órgano súper-oficialista, presenta "un reportaje efectuado por América Televisión, sobre la actividad ilegal de los 80 mil venezolanos que en el primer semestre de 2013 han viajado al Perú, para a ejecutar la transacción del raspado de dólares... raspar sus tarjetas de crédito y al obtener los dólares, los retornan a Venezuela para venderlos a xx bolívares por dólar." (Aporrea, guapo y apoyado, sí indica una tasa cambiaria, pero mejor no meto a El Universal en problemas.)
Y Aporrea opina: "De esta forma hacen caída y mesa limpia. Después son los que se quejan de la inflación, en un recurrente círculo vicioso... Al mismo tiempo, venezolanos que hacen uso legal de las divisas obtenidas a través de Cadivi, continúan lidiando con un excesivo papeleo burocrático, en parte destinado a frenar la ilegalidad, pero en el cual pagan justos por pecadores".
En otras palabras, Aporrea opina que los que se aprovechan de los subsidios cambiarios para viajar de verdad, verdad, a Lima, París, Disney u otros lugares, son "los justos", mientras que quienes se aprovechan indebidamente de un sistema, de por sí corrupto hasta el tuétano, y se hacen de unos "siete salarios mínimos", para quizás cubrir algunas necesidades muy urgentes del hogar, son "los pecadores".
Y, además, todo como si el comerse unas papas a la Huancaína en Lima, mágicamente absorbería el exceso de bolívares impresos que causa la inflación en Venezuela.
Lo anterior evidencia que "la revolución bolivariana" perdió completamente el rumbo, si es que en algún momento, en algún segundo, lo pudo haber tenido. Francamente, los que deberían ir a cárcel, y por un buen tiempo, son los responsables de nuestro criminalmente asocial sistema cambiario.
Y como a la cárcel también deberían ir quienes por simple cobardía política, les entregan gasolina a quienes la queman en las colas o a quienes la contrabandean al exterior, por un valor superior a todos los programas sociales y misiones juntas. Qué falta de sentido de justicia social tienen estos revolucionarios de pacotilla y que antes que nada les ha tocado a los pobres de Venezuela sufrir. No solo impiden trabajar, pero además, todo lo que tocan lo distorsionan hasta más no poder...sólo dejando resentimientos y amarguras por donde pasan.
Pero igual causa tristeza que de estos crímenes asociales, y que cuando uno cuenta de éstos en el exterior, frecuentemente no te lo creen, lo califican de exageraciones oposicionistas; sobre éstos la oposición en Venezuela casi no dice ni pío.
¡No! El que desea una justicia social que no quede diluida por los aprovechavistas o los sabelotodos de turno, debe entender que las resultas petroleras hay que entregárselas directamente a los ciudadanos, para que aprendan a sembrarlas ellos mismos. Una nación se construye en base a ciudadanos, y no en base a gobiernos que trabajan con dineros no cobrados vía impuestos.
Pero para lograr eso hay que aprovechar el momento cuando más le duele al país la bofetada. Como dicen, la oportunidad la pintan calva. Y si no agarramos en estos momentos el mechón del espíritu Kaeros, apenas pase algo del dolor, será muy tarde, y nuevamente saldrán a pasear por las calles de Venezuela los vendedores de pociones mágicas. Y los venezolanos, infantilmente ilusionados, de nuevo caerán en su trampa jaula petrolera. En este país de quítate-tus-pa-ponerme-yos, y de fervientes amantes de novelas... ¡Apuéstalo!

12 de septiembre de 2013

Una clarísima línea divisoria que une

Una clarísima línea divisoria en Venezuela, es la que separa a quienes consideran que el Estado, o el Gran Gestor, debe sembrarle las resultas petroleras a los ciudadanos; y quienes sostienen que cada ciudadano debe sembrar su propia cuota parte de éstas.
El primer grupo, hoy inmensa mayoría, considera, de facto, que los ciudadanos venezolanos son unos incurables incapaces. Su sola responsabilidad civil es la de elegir a un Gran Gestor, sobre cuyos hombros recaerá la inmensa responsabilidad de hacerle el bien a todos, con recursos que no son suyos. Tal Gran Gestor puede ser de izquierda o de derecha, para estos fines, el de tener uno que manda y decide por todos, pues poco importa. Este grupo opina que el ciudadano se debe enteramente al Estado y al Gran Gestor de turno.
El segundo grupo consiste de quienes aseguran que los ciudadanos venezolanos son capaces de administrar lo suyo o, si no lo son aún, que pueden aprender hacerlo, si se les da la oportunidad. Este grupo opina que la responsabilidad del Estado y del Pequeño Gestor, se limita a apoyar a la ciudadanía, operando exclusivamente con los impuestos pagados por los ciudadanos.
¿Hoy... de qué lado se encuentra Usted? ¿De qué lado cree usted que sus nietos y bisnietos deseasen que Usted estuviese? Amigos, de nuevo, aquí mi recordatorio:
Nosotros no producimos petróleo, nosotros extraemos petróleo. Las resultas petroleras no son una "renta", provienen de una liquidación de activos.
Mientras que las resultas petroleras vayan al Estado repartidor, no pidan mayor extracción de petróleo, puesto que sólo significa pedir que le añadan más colas al látigo. Busquemos quitarle al Estado y al Gran Gestor el látigo petrolero, en lugar de andarnos buscando a quien tenga el brazo más débil para cuando nos azote.
Busquemos vivir orgullosamente haciendo de nuestro querido país una gran nación, en lugar de seguir viviendo subyugados y humillados, en un negocio de otros. Venezuela no debe ser una compañía anónima para que necesitemos un Presidente Ejecutivo. Lo que nos basta y sobra, es un gerente de condominio, razonablemente capaz.
La sola existencia de esta línea divisoria en Venezuela, constituye la principal fuente de esperanza para creer que hay un lugar donde nos podamos encontrar en paz todos los ciudadanos; los amarrillos, los azules y los rojos. Así que abajo las cadenas de la servidumbre petrolera, y a reunirnos todos en el país de los libres sembradores.
Abramos un gran debate sobre si los ciudadanos deben responsabilizarse por la siembra del petróleo. Ese debate, aun cuando no produzca los resultados que algunos tanto hoy deseamos, por lo menos le permitiría a nuestros nietos intuir que puede haber una alternativa al de ellos tener que seguir siendo borregos; como sus padres, abuelos, bisabuelos y demás ancestros...incluyendo aquí, por supuesto, por si acaso, a sus respectivas féminas.
La última década, o algo más, llevo alrededor de 150 artículos, o algunos más, escritos sobre el tema de la siembra ciudadana del petróleo. Corro el riesgo que El Universal me suspenda por monotemático, pero, francamente... ¿qué otro tema más importante puede haber en este país de desilusionados, que el de crear fe y ilusiones en la capacidad de nosotros mismos?
Políticos no nos presenten más proyectos basados en lo que el gobierno pueda hacer por el ciudadano. Necesitamos proyectos basados en lo que el ciudadano pueda hacer por sí mismo, apoyado y no impedido por su gobierno.

5 de septiembre de 2013

Los intelectuales intelectualmente deshonestos

Hay unos cuantos intelectuales, tanto de renombre nacional como mundial, opinando que si las resultas petroleras de Venezuela, o similares en otros países ricos en recursos naturales, hubiesen sido manejadas por gobiernos y caciques más capaces y más asesorados, todo estaría bien. Es asombrosa su deshonestidad intelectual.
Es imposible, cómo en el caso de Venezuela, que cuando el Estado o el cacique de turno reciben directamente el 97 por ciento de abundantes exportaciones, que una economía, o una sociedad, pueda funcionar.
Y si de repente las estrellas se encuentran espectacularmente alineadas, y las resultas caen en manos de quien pueda lograr hacerlo de regular a bien, apuéstalo, el cacique o gobierno que le ha de seguir, lo hará de mal en peor.
¿Será la posibilidad de llegar a ser uno de los elegidos para asesorar sobre el buen uso de los inmensos ingresos que surgen en una bonanza, lo que les ofusca la mente a estos intelectuales?
Y, si eso les pasa a intelectuales de categoría, imagínese a los de pacotilla.
Y, entre los intelectuales, los peores son los que incorporados en organizaciones "especializadas" promocionan la transparencia para que haya una efectiva supervisión ciudadana, y así solo logran alimentar la ilusión de que las resultas sí pueden ser bien manejadas.
Aquellos simplemente no quieren entender la cruel verdad de que a más que el ciudadano sepa cuán inmenso ese 97 por ciento de fabulosas exportaciones es, mientras las resultas sigan en poder del Estado o el cacique, más quedará subyugado.
Para lo único que serviría tal transparencia, sería para azuzar una revolución que busca permitir al ciudadano conquistar su derecho de manejar el mismo su cuota parte de las resultas, informándoles sobre de qué clase de sinvergüencerías per cápita se está hablando.
Ludwig von Mises decía: "a la larga ningún gobierno puede mantenerse en el poder si no tiene el apoyo de la opinión pública". Tiene razón, solo que von Mises quizás nunca tuvo ocasión de entender cómo un 97 por ciento de abundantes exportaciones, se apodera de una opinión pública y la subyuga.
Ludwig von Mises también decía: "las masas no conciben ideas, buenas o malas, solo pueden elegir entre las ideologías desarrolladas por los líderes intelectuales de la humanidad". Pero quizás von Mises ignoro la triste posibilidad de una jauría de intelectuales, que por pertenecer a la tribu quítate-tú-pa-ponerme-yo, adrede, consciente o inconscientemente, ignorasen la posibilidad de que los ciudadanos administren sus propias resultas petroleras.
Así que, intelectuales del mundo. ¿Qué dirían ustedes si les propongo que el 97 por ciento de las exportaciones de vuestros respectivos países ingresen directamente a las arcas del tesoro? ¿Qué estoy loco? Entonces, permítame pedirles un poco bastante más de honestidad intelectual.
Estado, cacique, aspirantes a caciques o a asesores de caciques venezolanos. Es con ustedes. No sean tan sinvergüenzas y entréguennos nuestras resultas petroleras.
Y no nos vengan con propuestas como el ponerlas en un fondo, a nombre nuestro, donde algunos expertos nos las manejaran expertamente... puesto que eso solo significa que nos siguen viendo caras de los mismitos idiotas que hasta la fecha hemos sido. Que cada ciudadano busque y elija su propio asesor de inversión. Eso forma parte de su proceso de aprendizaje.
Aprovecho para recordarles que la corrupción también se combate, efectivamente, minimizando las tentaciones.