9 de junio de 2011

¡Vivir pidiendo!

El cacique de turno, por cuanto nuestras fabulosas resultas petroleras le resultan insuficientes, explicaba cómo le pediría a Brasil 4 mil millones de dólares para ayudar construir las millones de viviendas qué, por cuanto no quiere que el sector privado venezolano o los profesionales venezolanos le tapen su brillo de Cacique Sol, le pedirá a China, Rusia, Bielorrusia e Irán que le construyan, con el fin de entregárselas a quienes se las pidan a él, como a él le parece que deban pedírselas, en sus asambleas de vivienda-venezolanas, a las que deben asistir quienes no que quieran quedar relegados a una segunda lista, una lista que todos intuyen que no servirá para la pedidera. ¡Vivir pidiendo! 
Y no se trata de cualquier casita... el cacique promotor nos cuenta que viene con escuelas, canchas deportivas, gimnasio, parque infantil, caminerías, áreas para cultivos, fuentes de empleos (carpinterías y ferreterías) y mucha seguridad... o sea en otras palabras ofrece, a los suyos TUTA LA VITA bella... ¿y los demás?... allá ellos. Y sale un viejito con una cuña diciendo "Si yo fuera muchacho de 18 años me iría a una nueva forma de vivir". 
Y como según el cacique nada de eso puede ofrecerlo ese capitalismo que convierte todo en mercancía, resulta indispensable darle más y más tiempo a su revolución, donde la única mercancía transable es la alabanza de sus ocurrencias.
Y, de repente, ese cacique que durante su gobierno ha regalado más de un año completo de producto interno bruto de Venezuela sólo en gasolina para nuestros carros, y que ha ayudado con dólares baratos a colocar millones de carros en las colas de nuestras carreteras, con un desprecio total a la economía, al ambiente y a la gente, pregunta en tono retórico... ¿qué es más importante los carros o la gente?
Y queda más claro que nunca que quien posee el control de la chequera de nuestras resultas petroleras, se considera en derecho de decir y hacer absolutamente cualquier cosa, sin necesidad de considerar minucias tales como la verdad, la decencia o el sentido común... e igualmente queda claro que los indios aceptan que tiene ese derecho... y quienes no, es sólo por cuanto prefieren a otro cacique al cual aceptarle sus tonterías.
Si alguien duda del porqué necesitamos quitarle al cacique nuestras resultas petroleras ése "Aló" es suficiente... y, mis no tan queridos QUÍTATETÚ-PAPONERMEYO, no me vengan con el cuento que con cambiar de cacique basta. Venezuela, para lograr ser más que el país de la piñata arreglada y negociada que es, necesita que sus ciudadanos salgan del trance del vivir pidiendo, en el cual fueron colocados a cuenta de un trágico accidente histórico. 
Y el actual cacique de turno está tan convencido de que si no logra construir las viviendas no podrá ser reelecto en el 2012, y está tan convencido de que si logra construirlas será cacique por unas cuantas lunas más, que nadie en su alrededor se atreve asomarle la verdad. Esa verdad de que un plan tan desbalanceado de inversión como el que se propone, generará todo tipo de cuellos de botella y situará tanta liquidez no absorbida en la calle, que sólo se avivará aún más esa inflación que al final, como siempre, terminan por pagar y sufrir quienes no tienen nada de recursos con que pagar y a quienes ya le sobran sufrimientos. Pero, el vergonzoso silencio de su círculo íntimo de interesados, es solo otra faceta del mismísimo problema. ¡Pobre pobres de Venezuela, bien caro pagarán las casitas rojas rojitas!