13 de enero de 2011

¡Entréguenos las semillas!

Hay quienes creen que las resultas petroleras deben ser sembradas por un pequeño grupo de tecnócratas obedeciendo las instrucciones del cacique de turno y de sus caciquillos… y quienes como yo creemos que deben ser sembradas por los ciudadanos. 
Hay quienes creen que la centralización de las resultas petroleras no interfieren en la democracia… y quienes como yo estamos seguros que cuando esas resultas pasan de cierta magnitud destrozan tan por completo los equilibrios de poder que la imposibilitan. 
Hay quienes están felices cuando el suyo tiene la chequera con las resultas, por malo que lo esté haciendo, y quienes chillan cuando otro la maneja, no importa cómo… y hay quienes como yo consideramos que a la corta, a la media y a la larga, es irrelevante quién de los quítate-tu-para-ponerme-yo esté de turno. 
Hay quienes no ven nada malo levantarse todos los días y ver cómo le sacan algo de las resultas petroleras a sus caciques y sus caciquillos de turno… y hay quienes como yo quisiéramos que el país no pierda ni un solo segundo en tal chupa-mediaísmo improductivo. 
Hay quienes ven como algo normal que el Estado adquiera y reparta millones de computadoras para que aprendan y si lo objetan, objetan el proceso de adquisición, usualmente en términos de ellos saber hacerlo mejor… y hay quienes como yo vemos desperdiciados millones de procesos de selección y adquisición de computadoras, que forman parte del proceso de aprendizaje. 
Hay quienes ven como algo normal que el Estado, echándosela de responsable, evite que los ciudadanos desperdicien las resultas petroleras, a cuenta de ser estos dizque unos borrachos irresponsables… y hay quienes como yo sostenemos que justamente aquello impide que se reduzca el número de borrachos irresponsables. 
Hay quienes claman que el Estados les entregue los frutos de la siembra del petróleo… y hay quienes como yo protestamos por cuanto el Estado, por definición, no solo es un muy mal sembrador, sino que además causa muchos daños sembrando. 
Hay quienes ven normal que un Estado prometa multiplicar las resultas petroleras para que así todos los ciudadanos puedan soñar con tener todas sus necesidades satisfechas… y hay quienes como yo prefiere entregarles un cheque y decirles "no hay más… arréglense". 
Hay quienes ante nada ruegan por un gobierno mejor para que le sirva a los ciudadanos… y hay quienes como yo rogamos por tener unos mejores ciudadanos que le puedan servir mejor al país. 
Reconozco que los dos toletes de país anteriores distan mucho de ser iguales… pero igualito como el sistema comunista fracasó, el sistema de las resultas petroleras centralizadas se ahogará en sus propios fracasos. La pregunta es si esto ocurrirá antes de que la ciudadanía haya tenido un chance de hacer algo con sus resultas. 
Hay quienes les parece que la Asamblea reciente tiene millones de problemas en su agenda…. y hay quienes como yo consideramos que comparado con la discusión a fondo sobre el manejo de las resultas petroleras, todos los demás problemas son pura pistoladas. 
¿Asamblea de calle? ¿Por qué no inician una discusión en las bombas de gasolina y le preguntan al pueblo si les parece correcta la misión gasolina regalada con la cual el cacique de turno le entrega en efectivo unos 40 dólares a quienes tienen carro cada vez que llenan el tanque? ¿No pueden imaginarse un uso mejor para esos 40 dólares?

6 de enero de 2011

Parásitos honrosos

En Venezuela nadie puede dudar que las resultas petroleras se encuentran manejadas por el cacique y por algunos de sus indios de confianza de una manera extraordinariamente privada. Oír por lo tanto al cacique y sus indios de confianza despotricar sobre privatizaciones nos causaría muchísima gracia, si no fuese por las lágrimas de rabia que estorban.
De que los venezolanos somos parásitos del petróleo como sostenía Arturo Uslar Pietri y tantos otros… pues ¡No! Son los políticos, los gobiernos y ante nada nuestros caciques quienes son los grandes parásitos primarios del petróleo, nosotros somos unos simples parásitos secundarios de los repartidores del petróleo. Ojalá todos pudiésemos ser parásitos petroleros, por cuanto recibir un cheque mensual causaría mucho menos distorsión del carácter nacional del venezolano que su continua búsqueda de cómo posicionarse ante el gobierno para que le toque algo más su cuota parte de resultas petroleras.
Por cuanto hay quienes siempre se entusiasman al oír la palabra privatización, de entrada dejo muy claro que bajo ninguna circunstancia estoy sugiriendo privatizar nuestro petróleo. No lo hago por cuanto tenga una aversión a las privatizaciones, todo lo contrario, las apoyo enteramente, cuando son bien hechas; lo hago por la sencilla razón que si el valor del petróleo no estuviese protegido por la OPEP su precio de mercado sería el del costo marginal de extracción mundial y eso jamás puede ser del interés de quien está sacrificando un recurso no renovable para siempre. Para quienes desconocen el detalle permítame recordarles que la permanencia en la OPEP es incompatible con una industria petrolera privada, por aquello de las prohibiciones de los carteles. Para quienes desconocen el detalle permítame recordarles que aun con la OPEP defendiendo el valor del petróleo, los fiscos europeos captan hoy en día más del precio de la gasolina que se vende en Europa que lo que capta quien la sacrifica para siempre… imagínense lo que fuese sin la OPEP.
Espero que algún día en Venezuela se dé un verdadero debate sobre quién debe ser el sembrador de las resultas petroleras, el Estado o los ciudadanos. Espero que en la nueva Asamblea hay quienes hagan de la necesidad de mantener alejadas las manos privadas de los políticos de las resultas petroleras y asegurar la participación ciudadana en ellas su leitmotiv, si no sólo habrá sido otra de las tantas quítate-tú-para-ponerme-yo asambleas de nuestra historia.
Ser un parásito petrolero es muy honroso para un ciudadano de un país bendecido por la providencia… y su responsabilidad está en aprender a pescar lo mejor que puede con esa carnada. Ser parásito de gobierno con o sin recursos petroleros, es una deshonra y una irresponsabilidad donde lo pongan. Comencemos a celebrar el día del petróleo y, en nuestras iglesias, a dar nuestras debidas gracias.
PS. Termino esto sin conocer sobre el inicio de la nueva Asamblea… por lo que en este momento no hago sino rogar que los nuevos asambleístas no hagan absolutamente nada que pueda legitimar lo completamente ilegítimo de la anterior Asamblea. Para comenzar ruego que exijan absolutamente todas las informaciones necesarias para analizar todos los endeudamientos directos e indirectos sufridos por el país… y para de ser necesario, como muy probablemente lo será, declarar estos como odiosos y no reconocidos.