28 de febrero de 2008

¡Sinvergüenzas!... sí, es con ustedes

Una repleta bandeja de correos electrónicos y una discusión en un foro a cuenta de un artículo que replico a mis "Atrévanse cobardes" y "Atrévanse valientes", me obliga retomar el tema del precio de la gasolina, los controles de precios y la asignación de los poderes en nuestro país. ("El bebe que llora y la mamá que lo pellizca").

En mis "atrévanse" rogué aumentar los precios de la gasolina para con esos recursos repartir 80 dólares mensuales a todos los niños venezolanos, entregándolos en efectivo a sus madres, para así darles a ellas la capacidad adquisitiva mínima necesaria para que el Gobierno pudiera levantar los controles de precios que ya sobreagotaron cualquier utilidad que jamás tuvieron; y para así comenzar asignar los ingresos de la liquidación del petróleo a los ciudadanos, sus verdaderos dueños, en lugar de que los gobiernos usen nuestros recursos para dominarnos y para hacer lo que a ellos se les antoja.

Fue numerosa las objeciones que recibí de mis compatriotas explicándome que aquel reparto induciría a la flojera y a la borrachera del venezolano y estimularía la tasa de nacimientos… ¡sinvergüenzas ustedes!

Hoy en Venezuela los 580.000 barriles de petróleo que diariamente se reparten de manera gratuita en el país (el precio en la gasolinera no cubre ni el costo de distribución), a 60 dólares por barril representan un valor de 12.700 millones de dólares, que de cobrarse permitiría repartir los bolívares equivalentes a 80 dólares mensuales a 12,7 millones de niños y jóvenes venezolanos. Así que, sinvergüenzas, no estoy proponiendo ningún reparto nuevo sino simplemente un reparto distinto.

¿Que algunos tomarán esos recursos y beberán caña? Será, pero a ustedes cuyos carros hoy se beben la gasolina les pregunto… ¿acaso el ahorro que ustedes sinvergüenzas hacen en las gasolineras lo invierten mejor que lo que lo harían los pobres que no tienen carros para cobrar ese dividendo petrolero?

Algunos me escribieron en mayúsculas (lo que en lenguaje del Internet significa gritar) "que las madres venezolanas así sólo buscarán tener más hijos como negocio". Pues, claro, siempre habrá un número de personas confundidas, pero jamás he leído que la pobreza sea un anticonceptivo eficiente…más bien todo lo contrario. Y, aparte de eso, ustedes sinvergüenzas que el año pasado se buscaron más de 450.000 vehículos nuevos a cuenta de la gasolina barata y los dólares preferenciales, ¿son acaso quiénes para lanzar la primera piedra?

El pueblo venezolano no necesita que los gobiernos venezolanos de carlos andrés, lusinchi, luis herrera, caldera, chávez y los que puedan venir, se dediquen a redistribuir lo del petróleo, sino lo que debe esperar de ellos es que se dediquen a gobernar, como lo hacen todos los gobiernos de aquellos países que no tienen petróleo y a los cuales parecería que les va hasta mejor sin el petróleo.

Los políticos han creado el mito del venezolano flojo e irresponsable con tonterías tales como la que "no somos suizos", sólo para que ellos mismos puedan hacerse cargo de la chequera petrolera, para satisfacer sus propias ocurrencias y tenernos a todos pisados.

Así que amigos, no seamos tan sinvergüenzas y atrevámonos a asumir la responsabilidad por nuestras resultas del petróleo. Luego, a nuestros gobiernos les pagaremos, no con ese bono anticipado que significa el petróleo, sino con nuestros pagos de impuestos… y los cuales deberán
saber ganárselos.

¿El proceso? Comiencen por aumentar la gasolina lo necesario para poder entregarle sus recursos a cuatro millones de niños y luego sigan aumentando los precios hasta llegar a cubrir a todos los jóvenes. Les juro que al poco rato todos nos sentiremos mejor comprometidos con los niños y jóvenes venezolanos, que seguir de manera tan desvergonzada comprometidos con los carros que recorren nuestras ya más que abarrotadas calles y carreteras.

14 de febrero de 2008

¡Atrévanse valientes!

La semana pasada con el título ¡Atrévanse cobardes! reté al gobierno entregarle a 4 millones de niños venezolanos, por intermedio de sus madres, 80 dólares mensuales provenientes de los ingresos petroleros, en lugar de seguir inventando beneficiarlos con sus tan poco funcionales controles de precios y que hasta parecen comenzar necesitar de cupones de racionamiento. Esos pagos serían financiados con el aumento de los precios de la gasolina.

De los comentarios que recibí, tanto privados como en un foro de discusión, de nuevo me sorprendió lo profundo que se encuentra arraigada en la psiquis del venezolano algunas imágenes que lo paralizan. A continuación algunas de ellas.

El entregarle así sea un solo dólar que provenga directamente de las resultas de liquidar nuestro petróleo directamente a un venezolano es un "rentismo amoral"… mientras que el recibir ese mismo dólar por vía de algún servicio gratuito o por ejemplo gasolina regalada pareciese que no lo es.

El entregarle, como propuse, 960 dólares anuales a cada niño (lo cual en otras ocasiones lo he hecho extensivo a 2.000 dólares anuales a cada ciudadano) no representa una ayuda virtuosa sino la manzana del pecado que provocará la flojera y la borrachera eterna del venezolano… mientras que ciudadanos en otros países sí pueden recibir esos montos y más de sus respectivos gobiernos, por ejemplo vía las contribuciones que en países desarrollados se dan a los padres justamente para ayudar sufragar los gastos de sus niños, sus futuros contribuyentes, sin que ellos se degeneren.

Todos apoyan el concepto del impuesto progresivo (los que entraron en otra discusión paralela sobre una "tasa única" la aceptaban siempre y cuando con deducciones y compensaciones se garantizase su progresividad) por cuanto les parece que lo justo es que el más-gana-más-paga… pero a todos les resulta tan difícil asimilar el hecho que cuando un pobre no recibe directamente su cuota parte del petróleo mientras que otros agarran más de su cuota parte por ejemplo vía la gasolina regalada y los mayores subsidios cambiarios que resultan de sus mayores consumos, se hace presente la injusticia del menos-tiene-más-paga.

La mayoría está convencida que la centralización del ingreso por la liquidación del petróleo fortalece a la nación… sin poder comprender que estén en manos del ciudadano o en manos del gobierno esos recursos siguen estando en manos de Venezuela. Lo único que logramos al entregar nuestros ingresos petroleros al gobierno, sin rechistar, es garantizar un sistema donde la principal función del gobierno no es la de gobernar sino la de redistribuir y el ciudadano en lugar de dedicarse sólo a trabajar tiene que dedicar tiempo a chupar las medias de turno y a no quedarse atrás en las diversas piñatas del reparto, por ejemplo las de Cadivi.

Nuestro problema fundamental es que hemos caído en la trampa-mentira alimentada por los usurpadores del petróleo de llegar a creer que el Estado y nuestros gobernantes representan más a la nación venezolana de lo que hacemos los ciudadanos. Reversemos esa locura y hagámosle comprender a nuestros políticos que el pueblo manda y que un presidente aún cuando tiene ciertos poderes limitados para representarla, jamás es Venezuela. ¡Atrévanse valientes!

7 de febrero de 2008

¡Atrévanse cobardes!

Nuevamente nos encontramos ante una de esas muy recurrentes encrucijadas donde las ocurrencias y los deseos de nuestros (des)gobernantes de ocultar el sol con un dedo ya no dan para más y deben encontrar cómo manejar el reventón. En este caso me refiero a la escasez estructural de productos que ha venido resultando del control de los precios.

Siempre surgen voluntarios creativos y en esta ocasión a uno de ellos, definiendo el problema como "las clases medias aterradas de no poder abastecerse compran para el futuro, mientras que los pobres no tienen cómo" nos sugiere, desde su garaje, el siguiente invento para aliviar la situación de los pobres.

"Entregar a las 4 millones de familias más humildes…una tarjeta al estilo de 'La Negra'… pero sin valor monetario. En vez de ser una tarjeta de pago cargada con una suma de dinero, es una tarjeta de racionamiento electrónica. Cada 'cuenta' permitiría a su dueña obtener una cantidad de leche, pan, etc., fija, por semana. Además, la tarjeta debería incluir la foto de la dueña, para que no la vendan para intercambiar los productos por alcohol o drogas. Madres con varios niños podrían tener acceso a una cantidad mayor de productos, etc."

¡NO, NO y NO! Hasta cuándo vamos en este país de fracasados gobiernos insistir en que la capacidad de nuestros burócratas es mayor que la capacidad de nuestras madres venezolanas para decidir qué es lo mejor para su familia y sus hijos. No digo que algunas cuantas madres no se equivoquen, pero eso no puede ser la razón de renunciar a usar el criterio de todas ellas.

Ahora bien, sí estoy de acuerdo con que si en nuestra actual encrucijada queremos conseguir un mejor destino para el país, "La Negra" es la mejor opción, así inventen llamarla "La Negra Matea".

Pero tal tarjeta no debe ser entregada a nadie a cuenta de que sea pobre, mucho menos cuando el paternalismo del Estado es el principal causante de haberlo mantenido pobre. No, esa tarjeta, por cuanto se alimentará con los ingresos petroleros de todos, debe entregarse a los ciudadanos por cuanto les pertenece; es parte de su dividendo país; tan cual lo puede ser el poder disfrutar de su naturaleza, de su clima y de la agradable compañía de sus compatriotas.

Por supuesto, no tenemos cómo entregar hoy nuestro dividendo petrolero a todos de un solo golpe y por lo que sugiero comenzar por nuestros hijos. Si apartamos 4.800 millones de dólares del ingreso petrolero anual, algo perfectamente factible y depositamos 80 dólares mensuales en cada "Negra Matea" alcanzaríamos a cinco millones de nuestros jóvenes.

Por supuesto, que al no poder entregarle ochenta dólares mensuales directamente a los niños se los entregaríamos a sus madres para que compren lo que necesiten, a precios de mercado. Apuesto fuertes a lochas a que ellas sabrán hacer con ello lo que es mejor.

Por supuesto, el añadir 400 millones de dólares mensuales a la demanda interna dispararía la inflación si no lo compensamos con algo. Por cuanto ahí mismito también nos espera la encrucijada del qué hacer con los precios de la gasolina, sugiero matar las dos encrucijadas de un solo golpe. En otras palabras, alimentemos esas 5 millones de "Negras Mateas" con lo que podamos recaudar vía aumentos en los precios de la gasolina. "¡Ay, pero eso dolerá!", y qué creen ¿que no hay aún más dolor hoy?

A nuestros politiqueros les encanta hablar de "participación protagónica del pueblo" pero siempre les sale ronchas cuando alguien les sugiere que ese pueblo debe participar en el decidir qué hacer con su propio dinero. En tal sentido, frecuentemente usan el argumento de no poder confiar en las madres venezolanas por cuanto ellas se lo beberán en caña…pero nosotros sabemos ya muy bien que eso es sólo para asegurarse que ellos puedan seguir bebiendo su champaña.

Así que; gobernantes, por favor, ¡Confíen en las madres venezolanas!... ¡Atrévanse cobardes!

El Universal
Noticiero Digital