3 de enero de 2008

Nuestros pésimos planificadores

Bienvenido sea un Banco del Sur pero si la función principal de ese banco de desarrollo se limita a ser un Banco contra el Norte, como algunos parecen querer, pues para nada sirve, excepto para enturbiar aún más nuestra visión sobre el país que queremos… la que sin duda ya está más que suficientemente turbia. Si lo dudan basta recordarles que los genios planificadores en nuestro país ni siquiera se han dado cuenta que el colocar en dos años 750.000 vehículos nuevos sobre nuestras ya abarrotadas calles y carreteras, representa la madre de los desgobiernos.
La bonanza petrolera de Carlos Andrés Pérez/Luis Herrera comenzó cuando el precio por el barril de petróleo pegó el brinco de 5 a 12 dólares en enero de 1974 y se acabó para los demás extractores (ver nota) en el primer trimestre del 1986 cuando los precios caen de 25 a 14. Para Venezuela la bonanza había acabado antes ya que la sola percepción, a finales de 1982, que el precio del petróleo podría descender, asesinó la ilusión de los 100 dólares por barril que respaldaban la locura de atestar al país con deuda externa. En cuestión de instantes pasamos de un "ta-barato-dame-dos" al viernes negro de febrero 1983 y a llorar las oportunidades perdidas.
La bonanza petrolera de los rojo-rojitos se inició yo diría que en mayo de 2004 cuando el petróleo pasa los 35. ¿Cuándo se acabará? No sé. En principio esta bonanza podría durar mucho por cuanto el crecimiento en la demanda por petróleo, de por ejemplo China e India, parecería poder exceder durante un tiempo la suma de las nuevas ofertas de extracción (ver nota) y la contracción en la demanda que causará la crisis financiera global en desarrollo. Ya veremos, pero igualito estoy seguro que de nuevo, en un instante, pasaremos de nuestro actual "está-carísimo-pero-va-estar-más-caro-dame-dos" a de nuevo llorar las oportunidades perdidas…sólo que esta vez creo que con mucha más rabia.
No es tanto que los planificadores en nuestro pobre rico país no sepan qué hacer sino que más bien se hacen los locos por cuanto eso les resulta mejor… a ellos. ¿Para quiénes creían ustedes que ellos planificaban? En tal sentido y comenzando el año es oportuno por enésima vez restregarles la cara con lo que necesitamos para alcanzar un futuro que nos ubique entre los mejores futuros.
Primero, debemos acabar con la acumulación central de poder que produce la centralización de los ingresos petroleros, especialmente en épocas de altos precios petroleros y que hace que la economía venezolana en lugar de producir tenga que dedicarse a chupar medias mendigando favores.
Segundo, debemos buscar reducir la volatilidad en los flujos de capitales y muy especialmente las inundaciones de capital que desprevenidamente puedan traernos los océanos financieros del mundo y que nada producen excepto unas tormentas que distorsionan todo en nuestra pequeña bañerita local.
Finalmente, debemos reconocer que mientras sigamos siendo un exportador de petróleo los flujos resultantes mantienen hasta a un bolívar débil demasiado fuerte para lo que es nuestra capacidad productiva y por lo que a juro, para poder competir, tenemos que dedicarnos a actividades de altísimo valor agregado… y dejar la marginalidad de los gallineros verticales a los países que no tienen otras opciones… excepto por supuesto si lo que exportamos a precios altos son gallineros verticales cinéticos, tipo Soto, o los usamos para tentar turistas a pagar fortunas por asombrarse visitando el museo del rojo-rojismo.
Nota: Detesto cuando se habla de productores y producción de petróleo por cuanto eso implica echárnoslas que somos algo más que unos extractores de lo que la providencia nos legó.