24 de octubre de 2002

El precio

En Venezuela, más explosivo que los gases de la gasolina, ha sido su precio... por desconocimiento y politiquería. 
PRECIO COSTO DIRECTO. ¿Por qué no se regala la gasolina? Tal exageración facilita intuir que no es lo mismo que una sociedad provea, gratuitamente, la educación o la salud, que la gasolina. De allí que debamos llegar al consenso de que deberíamos cobrar por la gasolina, como mínimo, el precio que cubra sus costos directos. No hacerlo significaría meter la mano en el bolsillo a quien menos use la gasolina, para favorecer a quien más la use... en dos platos... ¡UN ROBO! 
¿Cuáles costos directos? Serían, valga la redundancia, sólo los directamente relacionados con producir la gasolina. En consecuencia, otros tales como regalías, no deberían considerarse por cuanto sólo tienen que ver con la manera cómo Pdvsa y el Estado se reparten el ingreso. 
Supongamos que producir un barril de petróleo cueste 8 dólares y que el 75% de su costo deba recuperarse con los subproductos más valiosos, como la gasolina, que representarían como 100 de los 160 litros que tiene un barril. Bajo tal premisa el costo sería de 6 cts. de dólar por litro, que si le sumamos 2 cts. por refinación y 4 cts. por distribución, obtendríamos un precio referencia mínimo de 12 cts. de dólar por litro de gasolina, equivalente a Bs. 160 a la tasa de Bs. 1.350/US$, lo que sin duda es alto comparado con los precios actuales, pero que obedece básicamente a la reciente devaluación del bolívar, ya que si la tasa fuera de Bs. 800/US$, el precio sería de Bs. 100 por litro. 
PRECIO OPORTUNIDAD. De igual manera, mientras nuestros acuerdos con la OPEP sean cuotas de producción y no de exportación, cada litro de gasolina que vendamos a un precio menor al que obtendríamos exportándolo, significaría quitarle un ingreso a quien menos use la gasolina para favorecer a quien más la use... en dos platos... ¡UNA INJUSTICIA! 
¿Cuál es el precio de oportunidad? Por cotizarse en el mercado es fácil de calcular. Por ejemplo, si al precio en Rotterdam, de alrededor de 20 cts. de dólar por litro, le quitamos el costo de transporte de 1 cts. y le sumamos los 4 cts. de distribución, obtendríamos como precio neto de Venezuela 23 cts. de dólar, que a Bs. 1.350/US$ 1, equivaldría a Bs. 310 por litro. 
En Venezuela, tanto el Gobierno como la oposición tienen que demostrar la suficiente madurez como para situar los precios de la gasolina en el nivel mínimo (Bs. 160), que evite el robo ¡YA! y, gradualmente, en algunos años, llevarlo a su nivel justo (hoy de Bs. 310). 
¿Sólo porque Kurowski lo diga?... ¡NO! Los cálculos reales deberían ser efectuados por economistas independientes de Pdvsa y del Gobierno, tales como académicos de la UCV, USB, ULA y el IESA. 
PRECIO MUNDO. Pero, si en Europa la gasolina se vende en Bs. 1.500 por litro ¿cómo es posible que aquí se sugiera venderla a un precio máximo de apenas Bs. 310 y que esto sea justo? La respuesta está en los inmensos impuestos, que de manera discriminatoria se aplican al petróleo, y nosotros, como país petrolero, no debemos caer en esa trampa.

29 de agosto de 2002

La neodemagogia petrolera

Esta semana solicitaron mi opinión sobre una Propuesta para la Transición, pero al expresarles mi preocupación, porque nuevamente esgrimían al aumento de la producción petrolera, como la varita mágica para solucionar nuestros problemas, me rebotaron: 
“¿Qué política petrolera dinamiza más la economía nacional: el producir 2.5 millones de barriles por día a $20, ó 5 millones de barriles a $10? En los dos casos se generan $50 millones diarios de ingresos por ventas, pero el segundo caso tiene un efecto multiplicador sobre la economía nacional sobre el sector de bienes y servicios conexo; así como, la generación de empleos.” 
Quedé loco… si el costo de producir un barril es de 8 dólares, la primera alternativa significaría entregarle al mundo 2.5 millones de barriles por una ganancia de 30 millones de dólares y la segunda, 5 millones de barriles por una ganancia de sólo 10 millones… aún suponiendo que el 100% del costo fuese nacional ¿puede acaso alguien dudar cuál alternativa es la mejor? 
Si el aumento de la producción, en lugar de buscar maximizar nuestro rendimiento como país, sólo busca aumentar el componente local, pues que PDVSA emplee más gente o pague mejores sueldos, pero que por Dios no regale más petróleo. 
También resulta incongruente que sugieran “la aprobación inmediata de un programa de expansión del volumen de producción de crudo” paralelamente junto con la necesidad de “garantizar la sanidad comercial y financiera de PDVSA”, algo que, por lo menos cuando yo dictaba clases de finanzas corporativas, sólo se lograba maximizando las ganancias… jamás maximizando los costos, aún cuando éstos fuesen 100% locales. 
La propuesta incluye el tradicional slogan de lograr una mayor “participación ciudadana en la riqueza del subsuelo”, por lo que me pregunto cómo reaccionarán los nuevos “accionistas” cuando, de aplicarse lo sugerido, se les anuncie: “Señores, este año, en lugar de dividendos, recibirán estos certificados de generación de componente de costo local”. 
Claro que sería una maravilla que Venezuela lograra aumentar su producción, para venderla a buenos precios, pero esto sólo se hace con un buen plan. Indiscutiblemente que, como país, hemos sido pésimos usando y redistribuyendo los ingresos de PDVSA, pero lo que es la OPEP, ha sido… ¡una maravilla! En una empresa privada cualquiera, si alguien en circunstancias similares propusiera como plan abandonar la OPEP y lanzarse al vacío… estaría despedido. 
¿Por qué el riesgo tiene que ser 100% nuestro? ¿Por qué los Estados Unidos, que tanto necesitan de un proveedor seguro, simplemente no ofrecen ser un comprador seguro… y nos emiten una orden de compra por 4 millones de barriles diarios, a buen precio, por 50 años? ¿Quién la rechazaría? 
Amigos redactores de propuestas para Venezuela, no se dejen engatusar por neo-demagogos, que usando teoremas extraños, vía el componente local, quizás buscan socializar para sus propios bolsillos la renta petrolera… quién sabe si como futuros Directores de La Transición en PDVSA.

18 de julio de 2002

Estoy convencido

Para prestarle dinero a Venezuela, los mercados internacionales, a cuenta del “riesgo-país”, le exigen un 12% adicional al que le solicitarían a los Estados Unidos… para una tasa final de unos 17%. En consecuencia, si esperamos contratar 4.000 millones de dólares de deuda este año, nos habremos comprometido al pago de un exceso anual de 480 millones de dólares, monto superior al que, en el mejor de los escenarios, produciría el gas de Paria. Estoy convencido de que el seguir por la vía de aceptar los dictámenes internacionales, sin negociar, equivale a una eutanasia financiera.
A los 25 dólares, que se reciben hoy por barril de petróleo crudo, los transportistas, refinadores y distribuidores le incrementan otros 10, situando el precio del producto terminado en 35 dólares. Los fiscos europeos y de muchos países le añaden 115 dólares en impuestos, llevando el precio final al consumidor a 150 dólares por barril y, como si tales impuestos ya no fuesen suficientes para desplazar la demanda del petróleo, favorecen a otras fuentes de energía con inmensos subsidios y castigan al petróleo con dudosas excusas ambientales. Estoy convencido de que mientras tengamos “expertos petroleros venezolanos” que insisten en que debemos capitular ante tales discriminaciones, aumentando nuestra exportación petrolera al mundo, sin pelear lo nuestro, no desarrollaremos voluntad de Nación.
No somos un país rentista… somos un país en liquidación, que obtiene sus ingresos saldando un activo no renovable, como el petróleo y reexporta simultáneamente tales ingresos importando cualquier clase de bienes, baratijas y servicios, masacrando así las fuentes de empleo locales. Estoy convencido de que mientras usemos los recursos petroleros para satisfacer nuestras necesidades de consumo, no tendremos un modelo económico válido para Venezuela.
Estoy convencido de que no tenemos un sistema financiero local… con todo lo que éste debería significar para un país.
Estoy convencido de que la sociedad no tiene un proyecto educativo de país, acorde con las necesidades de aprender a negociar con dignidad y patriotismo en un mundo globalizado.
Estoy convencido de que no hay gobierno y, peor aún, de que no es posible reconstruir un gobierno con el simplista “quítate tú pa` poneme yo”, sino que se requiere de una nueva generación de políticos promotores, verdaderos creadores de riqueza y renta venezolana.
Estoy convencido de que el descuidar la defensa de nuestras fronteras económicas y culturales hace de toda nuestra institución militar una simple parodia incoherente.
Estoy convencido de que si no hacemos nada… rápido… no habrá nada que hacer… excepto contratar unos mejores subastadores, para que la puja por el país nos produzca algo más.
Estoy convencido de que es posible darle vuelta a nuestro país en un lapso mucho más corto que las tantas décadas que dicen requerirse.
P.D. Mientras un padre no encuentre respuesta que darle a sus hijos, sobre cuál será el castigo para los que cacharon, en vivo, disparando desde Puente Llaguno, estoy convencido de que no tendremos justicia, paz y progreso en nuestro país.

4 de julio de 2002

Nuestra champaña negra

El petróleo se encuentra almacenado en el interior de la tierra bajo mucha presión, por lo que, al extraerlo, se debe manejar con sumo cuidado, cual descorchando una buena botella de champaña.
Recientemente oí una excelente explicación del Sr. Phillipe Mandar, quien, refiriéndose al cuidado de “la champaña negra”, observaba que la tecnología de producción petrolera, que no ha evolucionado mucho en cien años, la despilfarraba cual automovilista triunfador de Fórmula 1.
Según Phillipe, la técnica no controla suficientemente las condiciones atmosféricas, lo que se evidencia cuando al ser aplicada indistintamente en Alaska, que en el Sahara, produce resultados muy diferentes. En condiciones como las de Venezuela, la utilización del método de producción tradicional, significa que dejamos de obtener un 22% del volumen del crudo estabilizado, por la pérdida de un 7% del petróleo que va a la atmósfera y a la de un 15%, que pasa a ser gas asociado. 
Comprendí que la pérdida del 7%, era pura pérdida, pero pensé que en el caso del gas, igual nos daba vender ese 15% como líquidos de gas, que como petróleo estabilizado… ¡craso error el mío! El mundo del gas, a diferencia del petrolero, requiere de mayores compromisos e inversiones a largo plazo, como la construcción de gasoductos, lo que compensa valorizando los componentes del hidrocarburo en forma gaseosa a un menor precio, que si éstos se comercializaran dentro del petróleo, lo que ratifica mi postura de que la OPEP debe evitar que el gas se le escape por la puerta de servicio y pase a competir con el petróleo.
Phillipe ha inventado y patentado una tecnología que no sólo evita la pérdida del 7%, que normalmente va a la atmósfera contaminándola, sino que captura un 15% del crudo como petróleo liquido estabilizado. Además, la composición de ese 22% adicional sería tan rica que aumentaría en un 20% el grado API del crudo, haciéndolo más liviano y valioso. Bottom line… ¡un 33% más de riqueza por barril!
De llegar a implementarse un proyecto específico, que han estudiado Phillipe y PDVSA, a un costo de 45 millones de dólares, el valor de la producción aumentaría en 1.2 millones de dólares diarios, recuperándose la inversión en menos de 40 días. ¡Guau, qué bueno! observó un Kurowski jalador, buscando un puesto como asesor de quien suponía un próximo millonario. 
¡Qué va Kurowski… siéntate a esperar! Phillipe lleva AAÑÑOOS negociando con PDVSA y no obstante que todos los resultados de los estudios confirman lo ofrecido, NADA pasa, excepto que a cada rato le cambian las reglas… Aparentemente compite con un proyecto de Enron (q.e.p.d.) de unos 700 millones de dólares, basado en la recuperación del gas “rico”, que produce la pobre tecnología actual… que, de implementarse la técnica de Phillipe, quedaría ponchado.
Como siempre, negociar con gente importante, tipo ENRON, es una ruta menos riesgosa para el ascenso meritocrático, que negociar con un Phillipe… y, ni se diga, con un Felipe criollo.

20 de junio de 2002

Un vikingo guaiquerí…

... FUE LO PRIMERO QUE PENSE cuando, en el reciente foro 'Creación de Capacidad Nacional en Desarrollos Costa Afuera', coordinado por la Cámara Petrolera de Venezuela, mostraron la imagen de una plataforma de explotación de gas en aguas profundas en la zona de Paria, que desplegaba una bandera noruega y una venezolana.
Venezuela está próxima a adentrarse en el área de la producción del gas libre, por lo que todos buscan asegurar que el resto de la economía nacional logre finalmente una verdadera participación en el sector, a diferencia de la poco alcanzada con el petróleo. ¿Qué mejores baquianos que los vikingos noruegos, quienes, comenzando de cero en los setenta, hoy se tutean con quien sea en la producción de bienes y servicios para la industria del petróleo y del gas?
Si bien alentaba ver el entusiasmo de los empresarios presentes, sin embargo, me preocupa cómo podrán obtener los recursos financieros necesarios para desarrollarse y competir. De nuevo vi la plataforma NorVen y, como economista, comencé a especular sobre alternativas.
Hace unas décadas, uno de los tópicos más discutidos en finanzas versaba sobre las captaciones y los créditos 'offshore' (costa afuera), que pagaban más y cobraban menos, por no estar afectados por las regulaciones cambiarias aplicadas en tierra firme. ¿Podría desarrollarse un nuevo instrumento financiero útil en una plataforma 'offshore'? Y, de desplegar la bandera noruega y la venezolana... ¿que prima de riesgo-país se le aplicaría?
Como nadie es profeta en su tierra, si por ejemplo, un fondo de pensión noruego decidiera destinar una importante suma de sus propios recursos al financiamiento en Venezuela del gas y de sus actividades conexas... ¿no podría ese fondo llegar incluso a atraer algunos de los recursos venezolanos privados en el exterior, considerando que debido al pobre desempeño de Wall Street, probablemente han perdido en los últimos dos años algo así como el valor de toda nuestra deuda pública externa?
Siempre he cuestionado a los gobiernos, que al privatizar u otorgar licencias de explotación, reciben un gran pago inicial, porque eso sólo significa: 'pan para hoy y hambre para mañana'. No obstante, de llegar el Gobierno a recibir algún pago inicial por otorgar las concesiones de gas, lo primero que debería hacer es sembrar y constituir un fondo (500 millones de dólares) para apoyar el desarrollo de las actividades del gas y sus actividades conexas... ¡Qué iluso es Kurowski!
Una información amplia, veraz y transparente sería la mejor manera de reducir riesgos y, consecuencialmente, lograr precios más altos o créditos más largos y baratos. Es por ello que me sorprendió oír que recomendaran en el foro efectuar un mapeo sismográfico de toda la zona costera de Venezuela, por cuanto ya lo daba por hecho. Si nuestros meritócratas nos están lanzando por la vía del gas, sin haber aprovechado todos los últimos avances tecnológicos, para saber y hacer saber con antelación el gas que tenemos entre manos... no hay duda de que necesitamos de los vikingos.

19 de junio de 2002

La Apertura indispensable... de PDVSA

Nuestro petróleo es pesado y contiene mucho azufre, por lo que resulta más difícil de vender que el néctar de nuestros competidores. Gracias al Programa de Internacionalización de PDVSA, basado principalmente en la compra de una serie de refinerías especializadas, parecería que hasta la fecha hemos logrado superar ese obstáculo o por lo menos así nos lo dicen y así lo creemos. No obstante, es triste que nuestra confianza en PDVSA deba resultar de un inmenso acto de fe y no de contundentes respuestas a las preguntas y dudas que flotan en el ambiente.
Hay quienes se preguntan si nuestras refinerías verdaderamente son usadas para procesar crudos pesados, al existir información que apunta a que muchas de ellas procesan crudos livianos y que seguimos contratando con terceros la refinación de los pesados.
Aún cuando suene increíble, hay quienes sospechan, que el verdadero trasfondo de estas adquisiciones obedece a un intento de PDVSA por asegurar que ciertos flujos financieros queden fuera del alcance de las garras de su propietario. En tal sentido, hay quienes llegan a sostener que nuestros tecnócratas petroleros están tan aislados del resto del país, que prefieren que PDVSA pague impuestos al 35% en los Estados Unidos, que pagar el 66% en Venezuela, sólo porque eso le resulta menos oneroso a La Corporación.
Hay quienes piensan que de decidir PDVSA vender algunas de estas refinerías, probablemente no recuperaría su inversión, salvo que se incluya dentro del precio la garantía de un contrato de suministro de crudo a descuento. Algunos sostienen que eso fue justo lo que pasó cuando PDVSA las compró, es decir, que los precios de adquisición fueron demasiados altos, porque de antemano incluían la plusvalía que se podría derivar de una relación preferencial con PDVSA.
Siempre me he preguntado si no resultaría más efectivo vender nuestros crudos directamente en el mercado, así sea con grandes descuentos, en lugar de incurrir en los costos de ejercicios tipo Citgo, tan difíciles de controlar, más aún cuando la propia Citgo, en documentos públicos, reconoce que de todas maneras le compra petróleo a PDVSA a precios por debajo del mercado.
En 1986 declaré a la prensa que no importaba lo bueno, lo capaz y lo meritorio que fuesen los profesionales de PDVSA, si se les dejaba actuar solos y sin supervisión, tarde o temprano, pondrían la torta… eso es humano… Basta el ejemplo de ENRON.
Amigos, por meritorios que sean los meritócratas de PDVSA, siempre serán nuestros empleados, con sus propios intereses. Asimismo por buenos que sean los políticos de turno, tarde o temprano su interés se limitará a cuánto le puedan sacar a PDVSA para el gasto público, para así ganar las próximas elecciones. Es por ello que insisto en la urgencia de un Ombudsman Petrolero o una Comisión Nacional de Energía, fuerte y autónoma, que sólo responda al país civil, para que vigile nuestros intereses a largo plazo.
Señores, aprovechemos el actual despertar de la ciudadanía para exigir la verdadera apertura de
PDVSA.
Publicado en Tal Cual 19 de Junio de 2002
 

9 de mayo de 2002

El monólogo de Kurowski

El debate económico ha sido secuestrado por quienes nos quieren ver como otra Cuba o por quienes más bien tienen a Puerto Rico en mente… ¡Estoy harto de sus propuestas talibánicas! Un verdadero pacto de gobernabilidad debería comenzar por sacar momentáneamente del tapete aquellos asuntos conflictivos sobre los que no podemos perder más tiempo discutiendo, tales como:
Privatización de PDVSA. Para la defensa de nuestros intereses petroleros, en las actuales circunstancias no existe otra alternativa lógica que la de ser miembro de la OPEP, lo que obliga a que PDVSA sea 100% del Estado. 
Servicios públicos. Buscando vender bien caro los monopolios eléctricos a empresas extranjeras, hipotecando así nuestro futuro con tarifas innecesariamente altas, nunca desarrollaremos otras alternativas, que las hay.
Fondos de pensiones privados. Mientras no existan en el país instrumentos financieros, que permitan colocaciones prudentes a largo plazo, la discusión del tema es irrelevante. 
Ley de tierras. Mientras el Estado sea el principal latifundista, propietario de todas las tierras que quiera repartir y no existan condiciones para que las actividades económicas a desarrollarse en tales tierras sean rentables, todo el bla bla bla de expropiar tierras privadas, es ridículo, dañino e inmoral.
Impuestos. Por cada impuesto regresivo que se implemente sólo por su facilidad de cobro, más alejados quedan los impuestos redistributivos, que el país sí necesita.
No obstante, por la precaria situación de nuestro país, puede que necesitemos de medidas extremas, pero el único extremismo válido aceptable es el que coloque a Venezuela de primero… Un buen comienzo sería con la reafirmación de nuestra realidad petrolera, defendiéndola con orgullo. A cuyo fin, me atrevo a sugerir algunos gritos de guerra:
Mientras la demanda por el petróleo sea desplazada artificialmente por la de otras fuentes energéticas, a causa de un neo proteccionismo ambiental o fiscal, que afecte sólo al productor petrolero, Venezuela no tiene por qué respetar convenios comerciales. El trato tan poco equitativo que recibimos se evidencia cuando observamos cómo en Europa se cobra un impuesto ad valorem al petróleo superior al 400%, que no sólo disminuye su demanda, sino que tales ingresos se destinan a subsidiar al carbón y hasta al maíz, que convertido en etanol y exportado a los Estados Unidos, donde bajo el amparo de cuestionables normas ambientales desplaza al petróleo.
Venezuela recibe sus divisas exportando petróleo, un bien que se vende por sí solo, de acuerdo a su precio e independientemente de cualquier acuerdo comercial, llámese ALCA u otro. En tal sentido, y antes de permitir a los extranjeros el acceso al jugoso mercado venezolano de la recirculación de petrodólares, no deberíamos conformarnos con que nos compren petróleo, deberíamos pedir otra contraprestación, tal como la generación de empleos.
Pienso que quizás un Credo Petrolero sea justo el ingrediente que nos falta para formular esa pegaloca que tanto necesitamos como Nación… ¿qué perdemos tratando?
El Universal, Caracas, 9 de mayo de 2002

25 de abril de 2002

La encrucijada de Pdvsa

Hay quienes sostienen que somos tontos útiles de la OPEP y proponen que PDVSA la abandone y busque un mayor volumen de producción pero, en el mundo real, donde impera la resultadocracia, si a un ejecutivo se le hubiera ocurrido presentar una propuesta similar a los dueños de una empresa, sin ni siquiera presentar un flujo de caja proyectado, sería despedido. 
Hasta la fecha, cualquier evaluación objetiva de los INGRESOS de PDVSA tiene que concluir que éstos han sido fabulosos y que en gran medida se han debido a la OPEP, por lo que no creo que hayamos sido tan tontos… o por lo menos nunca tan tontos como lo seríamos si abandonáramos ese paracaídas y nos lanzáramos al vacío sin haber desarrollado otra alternativa. 
Otra sería la posición si los Estados Unidos, necesitados de seguridad energética, nos colocaran una orden de compra a largo plazo a precios razonables, pero desgraciadamente hasta la fecha la única propuesta que se nos ha formulado es la de producir más… y rezar para que los precios no se caigan. 
Hay quienes argumentan que el valor de la producción petrolera no es el beneficio en dólares que le produce a la Nación, sino la actividad económica que genera. Aún cuando tuviesen razón, la tesis es algo extraña ya que suena a maximizar costos, por lo que a todo evento me permito recordarles que música paga no suena y que PDVSA debería primero aprender a generar actividad local con el volumen actual. 
En tal sentido, considero interesante comparar nuestro desarrollo petrolero nacional con el de un país como Noruega, que comenzó el desarrollo de su petróleo de cero mucho después que Venezuela, también con una empresa estatal, la Statoil. Por cuanto Noruega ya posee miles de empresas que compiten exitosamente por todo el mundo, vendiendo servicios petroleros de la más avanzada tecnología, evidentemente nos hemos quedado rezagados. 
Sin duda hay muchas diferencias entre Venezuela y Noruega, pero en un foro reciente se dijo algo que puede explicar el porqué de la gran diferencia. Según un vocero de Statoil, cuando se observó que en la primera licitación importante de esa empresa sólo acudían extranjeros, el estado noruego la obligó a dividir ese contrato en tantas piezas como fueran necesarias para que sus nacionales pudieran estar presentes. 
Lo anterior sugiere, que entre los nuevos méritos que debemos incluir en la meritocracia de PDVSA, está el saber como incorporar al país en la actividad petrolera, pero de verdad. Esto tardará, ya que no sólo parecemos más dispuestos a favorecer la importación de bienes y servicios, sino que además vemos con suspicacia cuando existe alguna relación contractual entre el Estado y sus nacionales. 
Con respecto a lo anterior cabe una anécdota de 1911, cuando Churchill decidió que la armada inglesa sustituyera al carbón por el petróleo y asignó tal responsabilidad al Almirante retirado Jacky Fisher, quien se dice que lo primero que hizo, por ser un verdadero servidor público, fue vender todas sus acciones en la Shell, para no tener conflictos de interés.

14 de marzo de 2002

Kurowski a Pdvsa

Durante los últimos 5 años he publicado más de 80 artículos expresando opiniones críticas en relación con en el manejo de PDVSA y de nuestras políticas petroleras. No obstante, jamás he sido contactado, ni por curiosidad, por ese sector... a no ser por la vez que el CIED, ese ente que se presenta como la Universidad Corporativa de PDVSA, me llamó sólo para preguntarme: ¡Kurowski! ¿Qué tiene Usted en contra de nosotros? 
Por ello debo reconocer, que los siguientes comentarios relativos al actual bululú meritocrático son hechos desde afuera, sin conocimiento sobre las particularidades internas de PDVSA, como lamentablemente también serían las opiniones del 99.999999% restante de los venezolanos. 
Para comenzar, quisiera aclarar que no me cabe la menor duda de que, hasta la fecha, los meritócratas de PDVSA han cumplido mejor con su misión de generarle ingresos a la Nación, que los políticos con la suya de darle un uso racional a tales ingresos. No obstante, a la hora de la verdad, tal afirmación me resulta algo irrelevante por cuanto quien tiene el mayor mérito con lo del petróleo venezolano es Dios... seguido por la OPEP. 
Hace unos años, cuando lo de la Apertura, tuve la impresión de que ésta consistía en que para adelantar unos objetivos propios de algunos en PDVSA, se había “convencido” al gobierno de turno con el pago de unos cuantos miles de millones de dólares, que en esencia no eran sino un adelanto de impuestos por cobrar, equivalentes a lo que hoy sería si el gobierno fuese a vender, por diez años, el derecho de introducir importaciones libres de aranceles. Como detesto ver como nuestros gobiernos malgastan sus ingresos ordinarios, me enfermaba la posibilidad de adelantarles ingresos, por lo que protesté y sostuve que la sociedad civil merecía tener sus propios representantes, directores u Ombudsman en PDVSA. Creo que esa propuesta sigue vigente. 
No quiero dejar nuestro destino petrolero en manos de unos políticos, que aún en el supuesto de que llegaran a perseguir unos objetivos correctos, de que tuvieran buenas intenciones y estuvieran libres de agendas propias, desgraciadamente muchas veces no poseen los suficientes conocimientos como para defendernos en un mundo global y moderno, lleno de complicaciones técnicas y pseudotécnicas. 
Tampoco quiero dejar ese destino en manos de una meritocracia, que por maravillosa que suene, no es sino un conjunto de normas sobre política organizacional y de personal, igualmente sujetas a ser masajeadas en defensa de intereses extraños. Si la meritocracia fuese tan buena, hace tiempo que todos habríamos abandonado la democracia. 
Amigos, estoy seguro de que nosotros los mortales, los dolientes finales, debemos tener el derecho de nombrar a la mayoría de los directores de PDVSA por un período largo, eligiéndolos entre profesionales con mente crítica y formación amplia, que no tengan otro interés que el bien del país y el futuro de sus hijos, nietos y bisnietos. ¿Directores como yo? ¡Pues SI! No hay tiempo para la modestia.

28 de febrero de 2002

A los militares de mi pais

Entre 1980 y 1999 Inglaterra, como tantos otros países, elevó con impuestos el precio de la gasolina al consumidor de 26 a 68 peniques por litro, simultáneamente que el productor veía disminuir su ingreso de 15 a 10 peniques. Esto ocurría justamente mientras Venezuela desmontaba la estructura arancelaria con la cual protegía la actividad económica nacional: industria, agricultura y servicios y firmaba convenios que la obligaban a respetar las fuentes de ingresos de los países desarrollados: propiedad intelectual, marcas y patentes. 
Hoy tenemos que por el agua europea importada, que se vende en Venezuela a Bs. 1.000 por litro, nuestro Fisco recibe 200; mientras que por la gasolina que se vende en Europa a ese mismo precio, el Fisco europeo se cobra 800. El alto margen que le queda al vendedor del agua le permite promocionar su marca hasta el punto de que, aún cuando el país está en crisis, muchos consideran a esa agüita como indispensable; mientras que en Europa los ingresos que percibe su Fisco por la gasolina le permiten a éste, disfrazado de ambientalista, subsidiar al carbón y demás fuentes de energía que compiten con el petróleo. 
Tengo ante mí 19 fechas en que se aumentaron los impuestos al petróleo, sin embargo no consigo registro alguno de que quienes representan nuestros intereses petroleros hayan protestado en su oportunidad por tales atropellos. Ello evidencia que nuestras fronteras económicas han estado totalmente desguarnecidas, como si una división de guerrilleros hubiera estado entrando por Maiquetía todos los días, sin que ninguno de nuestros militares se haya dado cuenta. 
Nadie puede alegar que esta guerra económica haya sido clandestina. España ha declarado oficialmente que su subsidio al carbón tiene como finalidad “alterar el orden económico” y hacer al carbón más barato que el petróleo. 
Ni hablemos de nuestras guerras civiles, por ejemplo la eléctrica, donde a pesar de nuestras riquezas energéticas enfrentamos un racionamiento y todo el sector es un caos. En Margarita, a cuenta de nuestra cuota OPEP, se genera electricidad a punta de petróleo, mientras que exportamos hidroelectricidad a Brasil, incluso a menores precios de la que compramos a Colombia y ni hablar de las políticas tarifarias, donde nuestras autoridades no tienen la menor idea de dónde vienen ni adónde van y no olvidemos la electricidad que se roba y las facturas que no se pagan. 
Un país tiene varias fronteras que defender. En condiciones normales Ustedes estarían a cargo de la territorial y nosotros, digamos los de la sociedad civil, de la económica y cultural. No obstante, en circunstancias extremas, como de una guerra, deberíamos recurrir el uno al otro, para darnos mutuo apoyo. 
¿Qué espero de Ustedes? Exactamente no lo sé. Sólo les ruego que antes de considerar sacrificar la vida de un joven venezolano en defensa de nuestra frontera territorial, se aseguren de que ésta no sea sólo una cáscara, por haberse vaciado nuestro país en lo económico y en lo cultural.